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¿Cuánto sabes de serpientes? (parte 2)

Por: Dr. Gamaliel Castañeda Herpetólogo de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED Las serpientes son un grupo fascinante por su diversidad de formas, colores, tamaños, hábitos y conductas. Las hay desde los colores negro o marrón, hasta colores vivos como azules, rojos, amarillos o una combinación de ellos. Las más pequeñas llegan a medir los 10 centímetros en su estado adulto, mientras que las más grandes han alcanzado tallas de poco más de 9.5 metros de longitud (el caso de la pitón reticulada). Sin embargo, hace unos 20 millones de años, vivió una serpiente que llegó a medir hasta los 15 metros de largo, la famosa Titanoboa cerrejoensis. Una serpiente que fácil alcanzaba el tamaño de un autobús escolar. En cuanto a su éxito de colonización, estos animales han sido capaces de alcanzar todo tipo de ambientes. Las hay desde las que viven en el mar como la serpiente marina (Hidrophis platurus), las que viven en entornos acuáticos en zonas áridas o en zonas tropicales, y hasta las que han dominado los entornos arborícolas o fasoriales. La única limitante que tienen es la que ha caracterizado a todos los reptiles: su incapacidad de generar calor y, por lo tanto, su restricción a zonas donde el sol pueda calentarlos durante la mayor parte del año. Es por eso que este tipo de organismos no pueden existir en ambientes donde predomina el hielo o donde el frio es la constante a lo largo del año. Todos los reptiles pueden tolerar un poco el frio. Son capaces de soportar temperaturas incluso congelantes, pero sólo durante unas cuantas semanas al año. Es por eso que las serpientes son abundantes en la mayor parte de la tierra, pero siempre y cuando no se encuentren en condiciones de frio extremo. Desafortunadamente, las serpientes continúan siendo aniquiladas casi de cualquier entorno. El desconocimiento, la errónea percepción de que todas ellas son venenosas, y la expansión de las necesidades humanas hacia zonas rurales o entornos silvestres, está generando mayor número de encuentros con ellas. Encuentros que generalmente terminan en: serpientes desplazadas o eliminadas. Son animales que contribuyen de diferentes maneras en el ecosistema. Controlan especies de roedores, por ejemplo, que pudieran representar plagas potenciales sin sus depredadores naturales. Fungen como alimento para numerosas especies de aves, mamíferos o, incluso, otras serpientes. En el sentido médico, Unas cuantas de ellas representan un riesgo por sus venenos, pero gracias a la medicina y a la biotecnología, se ha podido obtener numerosas sustancias cuyas propiedades han ayudado tanto a contrarrestar el mismo veneno (produciendo antivenenos), hasta obtener moléculas que ayudan a tratar la hipertensión, en procesos quirúrgicos para evitar hemorragias, entre otros. Las serpientes son importantes ecológicamente. Comparten el mundo con nosotros, y de igual manera merecen que tengamos la mente abierta y receptiva para entender su función en los ecosistemas. Y en determinado momento, si tenemos un encuentro con ellas, poder apreciar lo bueno que representan, y brindarles una segunda o tercera oportunidad antes de caer en el reflejo de intentar matarlas. Es importante que podamos entender su función y su valor. Y con mayor conciencia, ser incluso un actor más dentro de los esfuerzos de conservación que merecen. Si un día ve una serpiente, tómele foto, busque información sobre ella o contacte a alguien que le pueda dar más información al respecto. Una sociedad informada siempre será capaz de tomar las mejores decisiones para sí misma como para el entorno que le rodea.

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3 DE ENERO: CELEBRACIÓN, FIESTA Y OLVIDO

Por: Por Socorro Isabel Barrantes Zurita Suenan los clarines de libertad y, sin embargo, el pecho de la tierra, atormentado en la juntura de sus ríos y quebradas, llora y calla.  El señor alcalde ha decretado gran bacanal en la Plaza de la Conquista, una oportunidad para los y las emprendedoras para vender sus ofertas al paso.  La gente del pueblo está contenta, escucha, mira, ríe, baila, se emborracha, y olvida que mañana es otro día de guardar silencio, sin tener satisfechas sus necesidades básicas:  El agua cada día se va más temprano; se soluciona llenando tanques uno, dos tres, en las alturas; y dentro de la tierra, afeando la ciudad histórica, los que pueden hacerlo aun sin permiso; pero «PROTEGE NUSTRA ZONA MONUMENTAL. PRINCIPAL ELEMENTO DE IDENDTIDAD DE NUESTRA CIUDAD», aunque las Iglesias se partan de mojadas, aunque las casas patrimoniales se queden sólo en fachada mal cuidada; por dentro hay que sacar la vuelta, construyendo sin aviso, dejando que el cemento eche por tierra las escasas viviendas de adobe, que si darían identidad, que las callecitas peatonales se borran al gusto del cliente; que las viviendas no tengan un orden, una orientación adecuada para su construcción y viabilidad. Los alcaldes vecinales y de centros poblados también están de acuerdo con echar abajo las casitas de barro y teja para que el cemento haga de las suyas las más feas casas, que van borrando nuestra identidad; permitiendo que el agua se desperdicie, sin una planificación de almacenamiento y buen manejo; que las portadas virreinales y republicanas den paso a las de fierro para los grandes negocios en plano centro histórico, y los negocitos de las gentes humildes, que sí están permitidos para celebrar el 3 de enero, fiestas patrias y carnavales, son perseguidos todo el año por los policías municipales, y no se generan fuentes de verdadero trabajo digno y emprendedor de un justo y viable desarrollo. Suenan los clarines de libertad, sin embargo, la educación, la salud, la vivienda, la viabilidad, la seguridad ciudadana, el empleo, están tirados en el suelo, bebiendo la nostalgia del 3 de enero, borrachas de pobreza, de injusticia, de olvido, de corrupción. Para la cultura «no hay plata». De eso que se encarguen los artistas con su miserable peculio, con sus ganas de hacer arte, con su limosneo a cuestas. Ahí que se las vean para publicar sus libros, pinturas, teatro, danzas. Tenemos valores artísticos como Carlos Vergara, Noemí López, Shalo Villanueva, Daniel Cotrina, Julia Camacho, Ramón Bazán, Luzmán Salas, entre otros tantos; notables escritores de provincias, que mendigaron un encuentro que entre región y municipalidad llegaba a tan solo diez mil soles, para cubrir todos los gastos. Rotundamente recibimos la consigna «no hay plata». No pocos artistas varones y mujeres merecen becas oportunas, nos dan identidad y prestigio. La obra de Amalia Puga, Andrés Zevallos, Víctor Campos, Renato Chávarri, danzas y arte de Celendín, Cajabamba, San Miguel, Contumazá, San Pablo y de todas las provincias, vienen esperando la oportunidad de ver la luz, pero «no hay plata». ¿Dónde está el poder de gestión, los lobbys, para hacer milagros con una verdadera postura de querer la libertad auténtica para esta tierra que es una de las regiones más pobres, teniendo todo para ser una región libre y tan importante como el Cusco, Arequipa, Lima? Sencillamente, porque nuestras autoridades nos contentan con música, canto, bacanal, de dos o tres días al año. Porque no se tiene en cuenta, qué es lo que daría un verdadero desarrollo.  A nosotros nos hace falta un TORIBIO CASANOVA, unos sanramoninos, estudiantes de verdad, de todos los colegios y universidades, que nos permitan conquistar nuestra auténtica libertad y desarrollo integral, humano, justo, sostenible, creador. PREGUNTO: ¿Cuánto se ha gastado en celebrar el 3 de enero del 2024?

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Tlaxcaltecas en la Conquista del Perú.

Por: Enrique Sada Sandoval Desde la historiografía oficial, desde su óptica miope y centralista, mucho se ha focalizado sobre la gran participación de la etnia tlaxcalteca como nación conquistadora en el centro de México y, hasta cierto punto, en lo que respecta al norte del país y el sur de los Estados Unidos de Norteamérica. Es un lugar común, y tema bastante abordado tanto por los historiadores académicos como por los típicos mercenarios al servicio del sistema político mexicano, encasquillándose estos últimos en lo que respecta a la caída de Tenochtitlan. Sin embargo, si algo ha pasado de largo para quienes han pretendido imponer una visión única desde la retórica oropelesca de la «historia de bronce», ignoran por lo general que la contribución tlaxcalteca no sólo se limitó a nuestro país y al del vecino del norte, puesto que también se expandió más allá de las fronteras de lo que ahora conocemos como Mesoamérica. Fue gracias a esto que, las autoridades virreinales en la capital de este nuevo reino, acudieron a sus servicios como colonizadores y combatientes a la hora de abrirse paso hacia el Septentrión, donde fundan villas y ciudades prósperas como San Esteban de la Nueva Tlaxcala en Santiago del Saltillo; San Miguel de Mezquitic en el Altiplano potosino; San Juan del Río en Querétaro, Colotlán en la Nueva Galicia (Jalisco) y Ciudad Real (San Cristóbal de las Casas) en Chiapas, llegando incluso hasta Las Floridas. Sin embargo, más allá de los que se les refiere por su participación en las Guerras chichimecas, que tan bien refiriera el historiador e hispanista norteamericano Philip Powell, muy poco se menciona de su presencia activa en lo que respecta a Guatemala, las Filipinas y la fundación del muy próspero Virreinato del Perú. En cuanto a este último caso, el historiador Cubano-Mexicano Alejandro González Acosta, conforme a documentos virreinales, demuestra cómo entre los participantes en la refundación por parte de los peninsulares de la antigua ciudad de Cuzco —que data del siglo XIII— se ha descubierto un gran número de indígenas tlaxcaltecas, en su mayoría, provenientes de México, con la expedición de Pedro de Alvarado como Adelantado, quien los terminó cediendo a Francisco Pizarro y Diego de Almagro como parte de una transacción militar, estableciéndose y mestizándose con los nativos quechuas, con quienes establecieron una comunidad.   Otra autoridad académica que apuntala este acontecimiento de reciente conocimiento para nosotros, es el que brinda Rosario Navarro Gala, quien haciendo uso de uno de los primeros documentos redactados en castellano en este nuevo Virreinato, como el llamado «Libro de Protocolo del primer Notario Indígena del Cuzco» —mismo en el que se compilaron una serie de documentos oficiales del siglo XVI—, aparece la mención de varios nombres y apellidos de indígenas establecidos a los que se reconoce e identifica como «Mexicano». De hecho, nombres y reconocimientos como tales se les hace inmediatamente a partir del nombre, sobre todo en documentos legales y en Fes de Bautismo, Matrimonios y Defunciones en donde, previamente, se consignan como apostilla al acontecimiento o celebración que se ha llevado a cabo su identidad en breve como «Capitán Pedro Mexicano», «Antonio Mexicano» o «Ylario Arias Mexicano», según la costumbre, propia de los libros sacramentales de la época. Llegados a este punto, es de admirarse cómo, después de haber sido una nación o etnia abusada y explotada por un largo tiempo, y duramente, por la tiranía sanguinolenta del imperio mexica —al igual que otras naciones vencedoras como los tepanecas, tlatelolcas, texcocanos, xochimilcas y varias más—, esta tribu vigorosa desplegó lo mejor de sí misma, destacándose hasta convertirse en un pueblo conquistador y civilizador al poco tiempo del arribo de Hernán Cortés, y del triunfo épico de este último como Capitán General y Conquistador, gracias a las cuatro cabeceras heroicas de Tlaxcala.

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ANTONIO DE TORRES, EL PRIMER ALCALDE DEL CONTINENTE AMERICANO

Por: L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias En México, y en especial en el Estado de Veracruz, es todavía creencia que el primer cabildo o ayuntamiento de América se fundó con la expedición del capitán general extremeño Hernán Cortés hacia el 20 de mayo de 1519, en los arenales frente al islote de San Juan de Ulúa. Sin embargo, dos hechos irrefutables se contraponen a esta creencia que, aún hoy en día, en pleno siglo XXI, es repetida e incluso utilizada como lema de gobierno y de campaña electoral en este país. La primera es que los españoles, al mando del Almirante Cristóbal Colón, arribaron desde 1492 al continente americano, abordándolo por sus islas del Mar Caribe, trayendo consigo, no sólo barcos, armas de fuego, caballos y frutos, sino también las diversas instituciones que formaban parte y regían su vida cotidiana en la península Ibérica, destacando dos de ellas que permitieron la rápida expansión de la presencia europea y su llegada a tierras mesoamericanas en 1519: la iglesia y el cabildo. La iglesia dirigía la directriz primaria suprema, que era la evangelización de los distintos pueblos que se iban encontrando en el avance por el Nuevo Mundo, conforme a las creencias que se tenían en el siglo XVI, en una sociedad que apenas estaba saliendo de la Edad Media hacia el espíritu más abierto en ideas del Renacimiento. Pero esa labor fundamental hubiera sido imposible sin la acción gubernamental del cabildo, cuya función era implantar la autoridad de la corona de Castilla en tierras tan lejanas, y, a la vez, representar los intereses de los vecinos que hicieron la travesía interoceánica. Así, se evitaba la propagación de la anarquía en las nuevas tierras descubiertas, al llevar las instituciones encargadas de regir e impartir justicia que ya funcionaban desde siglos antes en los reinos cristianos. De no ser así, se corría el riesgo de que los alzados, a largo plazo, enajenaran territorios que eran reconocidos en Europa como parte del imperio español. Una armada como la de Cortés, con 11 naves, con alrededor de 600 combatientes y 200 auxiliares africanos e indígenas, organizada en la isla de Cuba y no en España, procedía de un territorio previamente sometido por los españoles, con un orden jurídico bien establecido en pueblos y ciudades. Cortés arribó al Nuevo Mundo en el año de 1504, y fue recibido en la isla de La Española (hoy dividida en los países de República Dominicana y Haití) por el gobernador Nicolás de Ovando. Este puesto indicaba la existencia de una jurisdicción territorial entera con ciudades o villas que se estaban fundando y poblando con gran rapidez; este proceso colonizador se dirigía desde la ciudad de Santo Domingo, fundada en 1502. El 7 de diciembre de 1508, por cédula real del rey Fernando II, trece de esas poblaciones fueron premiadas con el título de ciudad y con el privilegio de poseer escudo de armas: Santo Domingo, Concepción de La Vega, Santiago, Bonao, Buenaventura, Puerto Plata, San Juan, Compostela, Villanueva de Aquino, Verapaz, Salvaleón, Santa Cruz, Puerto Real y Lares de Guanaba. Este hecho refuerza la existencia de numerosos cabildos o ayuntamientos en el Nuevo Mundo, mucho antes que el arribo de Cortés en 1519. Este personaje participó, a partir de 1511, en la conquista de la isla de Cuba, bajo el mando de Diego de Velázquez Cuellar, mismo que llegó a ser teniente de gobernador de la isla. Durante su gestión se fundaron 8 nuevas ciudades, siendo el mismo Cortés fundador de la de Santiago de Cuba y su primer alcalde ordinario. INTEGRACIÓN DE LOS CABILDOS Los cabildos de españoles en América, eran instituciones basadas en el modelo del municipio libre de Castilla. Fueron creados por una adaptación a un nuevo medio de los ayuntamientos medievales de España, que en ocasiones también habían sido llamados cabildos, en similitud con los cabildos eclesiásticos de las iglesias catedrales. El término cabildo proviene del latín capitulum, «a la cabeza». El nombre completo con que se encabezaba cada uno era «Muy Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento de…». Su importancia radicaba en que sus funcionarios electos representaban a los pobladores ante los reyes y altos magistrados, aplicando las leyes, decretos, respetando los derechos y privilegios señalados por la ley, o concedidos por provisiones y cédulas reales. Los cabildos americanos comúnmente convocaban de dos a cuatro regidores en sus inicios, y hasta doce ya bien avanzado el siglo XVI. Ellos elegían a dos alcaldes ordinarios para impartir justicia. El primero de ellos, el alcalde ordinario de primer voto, fue la figura jurídica a partir de la cual se evolucionó, tras diversas transformaciones, ajustes y cambios a lo largo de varios siglos, a la que hoy rige los municipios, y que en países como México se conoce bajo el nombre de presidente o presidenta municipal. Si bien en muchos lugares, en recuerdo de su origen colonial, todavía se le menciona —en forma ya incorrecta— como alcalde o alcaldesa. Un alcalde (del árabe-hispano, alqáḍi o juez) era, y continúa siendo, un cargo público que se encuentra al frente de la administración pública de una población con rango de ciudad o villa. Su función era impartir justicia y la emisión de bandos aprobados por los regidores, regulando la vida pública de los pobladores dentro de su jurisdicción territorial. Al ser electos, el alcalde de primer voto representaba a la nobleza, y el de segundo voto al pueblo común. Por ejemplo, al fundarse el cabildo de la Villa Rica de la Vera Cruz en 1519, se conoce que el joven capitán Alonso Hernández de Portocarrero —que era sobrino del conde de Medellín y hombre de confianza de Cortés— fue elegido alcalde ordinario de primer voto, representando a los hidalgos o nobles de baja categoría que, como el propio Cortés, ejercían el mando militar de la expedición. Y en ausencia, al capitán Francisco de Montejo, representando a los centenares de hombres procedentes de las clases bajas y de los más diversos oficios (campesinos, herreros, comerciantes, carpinteros, etc.). Los alcaldes ordinarios

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Patrimonio histórico virreinal en peligro:

la Hacienda y Templo de Santa Ana de Hornos Por Enrique Sada Sandoval Como punto de valor histórico y cultural, ubicado en los límites del sur-sur oeste del Estado de Coahuila de Zaragoza en el norte de México, se encuentra el antiguo municipio de Viesca de Bustamante. Teniendo un primer fundo en 1615 cuando el peninsular Juan Guerra de Reza, dueño de la Hacienda de Cedros en Mazapil, hizo reclamo de sus salineras para fines comerciales ante la Corona española, no será sino hasta el año de 1731 cuando oficialice su fundación con toda formalidad y protocolo de la época, como una Villa, bajo la jurisdicción política y religiosa de la próspera Villa de Santa María de las Parras. Sin embargo, dentro de este mismo Municipio se encuentra otro punto histórico más antiguo y de no menor interés histórico y arquitectónico, como lo es la Hacienda y el Templo de Nuestra Señora Santa Ana de los Hornos. Fundada en 1598—justamente al año de la repuebla y fundación oficial de la Villa de Parras, Coahuila—por sacerdotes de la Compañía de Jesús, Hornos o «Los Hornos», como será registrada y conocida por los habitantes de la otrora Nueva Vizcaya, no sólo como propiedad del español Leonardo Zuloaga y doña Luisa Ibarra Goribar—fundadores de Torreón en el siglo XIX—sino también por famosos viajeros y autores religiosos y militares que, con el paso del tiempo, harán visita en este punto como lo hizo el obispo Alonso de la Mota y Escobar, el Mariscal Pedro de Rivera, el obispo Pedro Tamarón y Romeral, el cartógrafo Melchor Núñez de Esquivel, el Caballero Teodoro de Croix como primer Comandante de las Provincias Internas de Oriente, el padre Juan de Morfi y, ya entrado en pleno México Independiente, nada menos que al General norteamericano Lew Wallace, autor de Ben Hur y de la famosa crónica de Una cacería de búfalos en el norte de México—escrita en esta Hacienda—como apoyo militar, enviado por Lincoln, para servir a Benito Juárez en su lucha contra el Segundo Imperio en favor del «Destino Manifiesto». Dotada de una Hacienda hermosa con un enorme patio central, con segundo piso y una torre de vigilancia central, además de entrada para carruajes, Hornos cuenta también con un templo presidido por un hermoso altar barroco con esmalte de oro, aderezado con una cúpula de tipo franciscana y varios óleos antiguos de Arte Sacro—obra de discípulos de Murillo y de Cabrera, al parecer—supo sobrevivir los vaivenes políticos que sacudieron a México desde la llamada «Reforma» hasta la «Revolución mexicana». Sin embargo, lo que no ha podido sortear con éxito en las últimas décadas, ha sido la mano rapaz del hombre y el abandono doloso de las autoridades culturales del Estado y el Municipio. Se supo que sufrió el robo de al menos uno de los óleos que adornaban el templo—de gran tamaño—cuya desaparición se imputaba tanto a los cuidadores del templo como al capricho de la esposa de un ex gobernador. Hace casi dos décadas, tuvo el auxilio de un intento de Patronato que restauró el interior del Templo, el altar, e inició trabajos de rescate y restauración de la famosa hacienda con planes ambiciosos de hacerla Hotel y Museo. Sin embargo, hoy en día, este sitio se enfrenta al peor der los abandonos pese a los ruegos y solicitudes hechos a las autoridades culturales del Estado que, durante 12 años, hicieron oídos sordos y vista ciega a peticiones de intervención necesarias para la conservación de los inmuebles. Ahora, ambos monumentos enfrentan uno de los peores momentos de su historia tras más una década de abandono doloso: la cúpula del Templo presenta fisuras y filtraciones tan diversas como notables que amenazan con el colapso del mismo, poniendo en peligro tanto a quienes son oriundos como a visitantes, pues la Iglesia sigue en funciones. Por otra parte, la Hacienda, además de saqueos en su interior, presenta salitre, filtraciones y caída de piezas; en tanto en el exterior de su casco presenta un vergonzoso tanto como peligroso derrumbe—bastante visible—en una de sus grandes ventanas y balcones del segundo piso, lo que evidencia la necesidad de intervención urgente para evitar un mayor desplome y, lo más seguro, el derrumbe completo del segundo piso, con su hermosa y panorámica torre central: única en toda la región.

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¿Qué aprendizajes promueven las actividades de evaluación que el docente propone a los estudiantes?

Algunos docentes desean lograr la motivación en los estudiantes con el enfoque de evaluación y con la exploración de diferentes enfoques que se utilizan en el aula, como la evaluación formativa, sumativa y auténtica. El tiempo dedicado al diseño de las evaluaciones efectivas con detalles sobre la planificación y creación que reflejan el aprendizaje de los estudiantes, debería de ser crucial, como la importancia del feedback o retroalimentación para mejorar el aprendizaje. Posiblemente, cómo proporcionar retroalimentación constructiva y útil a los alumnos.  Se necesitan estrategias para adaptar las evaluaciones a las necesidades y estilos de aprendizaje de los estudiantes, sobre todo, generar un ambiente de enseñanza propicio para hacer que las evaluaciones sean más inclusivas y equitativas, teniendo en cuenta las diferencias individuales de los alumnos. Es importante la exploración de herramientas y métodos tecnológicos que puedan mejorar el proceso de evaluación en el aula, y desarrollar el interés y la motivación constante en el alumno. Es interesante reflexionar sobre el trabajo docente en la forma de evaluación en que evalúa o ha sido evaluado en el entorno educativo, que pueda considerar sus métodos de evaluación y visibilizar cómo estos afectan el proceso de aprendizaje. Existen recomendaciones prácticas para mejorar la evaluación en el aula, basadas en la teoría y la experiencia práctica, como el empezar a cambiar las prácticas de enseñanza y aprendizaje es también el comenzar por revisar las propuestas de evaluación, como indicador potente. La mayoría de los docentes desean una enseñanza más relevante, significativa, reflexiva y motivadora, para los estudiantes y para ellos mismos; hacerlo de una forma creativa incentiva la participación. El evaluar es aprender.

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DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS: UNA FIESTA DE ORIGEN HISPÁNICO

Por Enrique Sada Sandoval En la segunda mitad del siglo XIX, concretamente en otoño de 1863, el presidente Abraham Lincoln decretó de manera oficial lo que se conoce como «Thanksgiving Day», o «Día de Acción de Gracias», para celebrarse de manera nacional a partir del último jueves del mes de noviembre, en un intento un tanto desesperado por unificar a un país que se había dividido en dos, debido a las constantes diferencias entre los inhumanos esclavistas sureños y los industriales rapaces del norte. Según el mito convertido en tradición anglosajona, este festejo tan tradicional se remontaría al año de 1621 cuando los primeros colonos ingleses o «peregrinos», que llegaron desde Inglaterra a Plymouth Rock, Massachusetts, en la embarcación del Mayflower, convidaron a los nativos de la tribu Wapanoag a una gran cena en agradecimiento por la ayuda que estos les ofrecieron de manera más que generosa, a partir de su llegada a lo que hoy sería la América del Norte. Según la retórica oficial que se les narra desde las escuelas públicas en el vecino país, luego de padecer una serie de infortunios y escasez de alimentos, los indígenas ayudaron a los ingleses a cazar, pescar y cosechar, incluso, sus propios alimentos; razón más que suficiente como para invitarlos a la mesa como muestra de gratitud. Sin embargo, lo que los norteamericanos y muchos otros tantos fuera de aquel país desconocen, es que este supuesto acontecimiento no fue ni siquiera el primer festejo de Acción celebrado en lo que hoy es territorio estadounidense. En realidad, este discurso a manera de celebración fraterna, más bien parece un intento de copia, impuesto a partir de hechos históricos que por mucho antecedieron a los llamados peregrinos protestantes en Massachusetts; al menos cien años antes de su llegada y haciendo eco de la celebración que sí se llevó a cabo entre indígenas y españoles, cuando el Capitán Pedro Menéndez de Avilés llegó a las costas de la Florida en el año de 1565—donde se encontró con la tribu Timucua—celebrando la primera misa en lo que hoy sería el territorio de San Agustín (Saint Augustine), junto con una cena de agradecimiento a la que seguirían una serie de eventos oficiales entre nativos y europeos, como la creación de un Hospital, escuelas, templos y planos urbanísticos para la fundación de una primera villa, tras frenar los intentos de avance por parte de los franceses en este nuevo territorio, y en la que todos convivieron armónicamente. De hecho, conforme con las reales ordenanzas emitidas por parte de Felipe II, una vez que Menéndez se establece en San Agustín y levanta un fuerte en dicho punto, al enterarse de las incursiones de los galos en nuevo territorio, cabalga en compañía de la tribu de los Satiriwa con quienes ataca Fort Caroline, en lo que hoy se conoce como Jacksonville, obligándolos a capitular, y frenando su avance. Al vencer, y en agradecimiento por su ayuda, el Capitán Menéndez organizó un gran banquete con los indígenas que le ayudaron, y juntos participaron de una misa solemne de Acción de Gracias. Se conoce lo que todos cenaron: cerdo asado, vino español, galletas y garbanzos por el lado europeo; en tanto por parte de los nativos, éstos compartieron pescado, yuca, frijoles y maíz. Hubo música y baile por parte de los españoles con los nativos, misma que alegró aquella cena que, como colofón, terminó nada menos que con la unión matrimonial entre el propio Menéndez y la hermana del Rey de la tribu. Y si otro antecedente hiciera falta, cabe mencionar que para el año de 1598, el Conquistador zacatecano Juan de Oñate llevó a cabo otra Acción de Gracias, igual con los indígenas, con los que tuvo contacto una vez que cruzó el Río Grande por el Paso del Norte, al igual que con los fieles tlaxcaltecas que le acompañaron desde Zacatecas en su aventura rumbo a Nuevo México, organizando una misa solemne junto con una cena y la primera presentación de entretenimiento teatral llevada a cabo en aquel territorio. A diferencia de lo que harían los puritanos ingleses, los conquistadores españoles no masacraron a los nativos ni les dieron cobijas con viruela para matarlos ni los escalparon tampoco; por el contrario, se unieron en matrimonio y fundaron nueva villas, poblados y estancias de ganado y de cultivo juntos. Es muy dudoso que los sajones protestantes compartieran el pan y la sal con aquellos a quienes consideraban inferiores y a quienes les cortarían la cabellera en corto plazo, por lo que esta celebración tardía y con tintes nacionalistas, más pareciera un invento del propio Lincoln y su gabinete con la finalidad doble de evitar en lo posible la separación de los Estados Unidos con los Estados Confederados, al igual que para blanquear su historia y tratar de borrar todos los crímenes perpetrados en contra de los nativos americanos hasta ya entrada la década de 1870.

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EL FRANCÉS LAGUNERO

Por: Miguel Amaranto Hay tantas denominaciones de “Pan francés” como países en el mundo, igual los tamaños y sabores son variopintos. Pero me enfocaré en uno, en el que me interesa; hablaré de este francés calientito que me estoy comiendo con mantequilla y café. Vivo en Torreón desde hace varios años, pero suelo circular por las tres metrópolis que conforman La Laguna, y de cuando en vez voy a respirar aire fresco a sus alrededores; es un modo de recordar mi pueblo peruano: Oyotún. Me considero parte de este lugar y hay un sentimiento de pertenencia recíproca; es por ello que ante cualquier discusión me pongo a los guamazos verbales con cualquier fuereño, si de defender a la Comarca se trata. Me gusta comer, comer rico, porque me gusta sentir el sabor de lo que estoy deglutiendo. Amo el pan desde siempre. Desde niño, el pan ha sido indispensable para mí. Mi madre solía comprar para desayunar, con queso, con huevito frito, con mantequilla, con aguacate… una delicia. Mi amor hacia este bocado me llevó a dejarme seducir por ese pomposo, crujiente y esponjosito francés de esta región. La primera vez que tuve uno en mis manos, lo llevé a casa (en el camino iba haciendo ligeras presiones y soltando; un ritual que me hace sentir, antes de comerlo, lo suave que es) me preparé un café con leche y sumergí un pedazo hasta que se mojara bien. Comí sin ponerle nada, porque quería conocer su sabor sin combinarlo con nada; un manjar. Cuando tuve la oportunidad de salir a otras ciudades, creí que a donde fuera podría encontrar el francés que me enamoró. No quiero menospreciar el pan de otras ciudades, pero ninguno se asemejaba en sabor, al de La Laguna. Cabe mencionar que, en cuanto a la forma, esa peculiaridad de la “rayita” en medio, la tienen la mayoría de panes con esta denominación, y eso tiene un motivo, según la versión que circula acerca de su origen. Se dice que por el año 1703, unos frailes franciscanos que vivían en una región pesquera de Europa, en la que pululaban conchas de caracol, hicieron un pan tratando de imitar la forma de estas conchas, enrollando la masa; por eso su forma. Y, se dice, que 200 años más tarde, don Teófilo Fuentes Cantú, originario de Nuevo León, llegó a San Pedro de las Colonias y fundó la panadería “La Popular”, donde surge esta delicia, para llegar a nuestros tiempos con un sabor tradicional y una receta que se transmite de generación en generación. Entonces me di cuenta que el pan francés de la Comarca es único, y que en otros lugares se le conoce como Pan Lagunero; no por ello la Unesco lo ha declarado “Patrimonio intangible de la humanidad”. Y después de haber caído en las redes de su exquisitez, opté por combinarlo con todo lo que sea posible: Mantequilla y mermelada, con huevitos fritos, con frijoles y queso. Pero nadie va a negar que no hay menudo sin… (Dígalo). Que las capirotadas, sin importar la receta, son una delicia con… (Recuérdelo). Nadie va a negar que la barbacoa, la adobada, las carnitas, el aguacate, no saben igual si no es con… (Saboréelo). Incluso, estarán de acuerdo conmigo que las penas ¡con pan francés!, son buenas. Digo, es un decir.

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ADIÓS, POETA DEL ANDE

Por Socorro Isabel Barrantes Zurita SILENCIOSilencio…esta noche se hancallado las flores;el río no llora entrela piedras ni vuelan las mariposas que se posan en la enredadera…(Frag) LILIAN GOICOCHEA RÍOS La tristeza baja del Ande, cual neblina espesa, gimiendo los cerros. Baja la muerte envuelta en gasa negra, con rápidos pasos se adentra en el cuerpo… Va cayendo el silencio en toda esa existencia, en ese corazón que amó a su tierra como madre pródiga, quien le incitara a versar desde niña.  Cajabamba extiende las alas, besa su terso rostro; quisiera devolverle ese rosa tan bello que brotaba del alma. Cajabamba le llora todo el rocío de su valle y enreda sus cristales en su cabello de seda, en sus ojos verdes, en su trino alegre que alumbró su vida. Cajabamba, querencia total, a quien regresaba siempre, para tomar de  sus aguas, saborear la dulzura, el trigo de las caravanas, previo almuerzo con benditas cecinas. Le contaba notables alegrías y penas inmensas, que sólo ella sabía. La tierra de Cajabamba, su tierra madre, la recibe en su esencia, con honores merecidos, para que desde allí vuelva a germinar su verso florido, su canto agorero, su belleza, su voz, su calma. La toma en sus brazos, a los que ella volvió para el sueño eterno. NO podía descansar este sueño final, en otras entrañas que no sean las de Cajabamba. Su madre, que la trajo al mundo, no sabe que Lilian se fue a nuevos encuentros, con seres queridos en la eternidad.  Mas, presiente el peso de su larga pena, comprende que no volverá a cantar con ella; su Lilian bendita.  ¡Cómo es que se va  a ese otro mar que no deja ver el sol cada nueva mañana!  Fueron sus hijas que adormecieron con ternura su agonía, su angustia en aquellos días de agobio y dolor, dibujando largos e interminables días. Fue el recuerdo de su amado hijo que la vino a ver cada tardecita como un suave viento. Ellas guardan su legado, el patrimonio de inagotable poesía. Ellas con sabio cariño, fueron ofreciendo sus versos, para recordarnos que era una poeta, la que se estaba yendo, para no volver. La Agrupación de Escritoras Norteñas filial Cajamarca, velan ya su sueño final. Le agradecen su obstinado canto de infinitos versos que nos deja Lilian, para difundirlos entre niños, jóvenes, escritores y, aunque las autoridades culturales de Cajamarca ciudad, no hicieron, como casi nunca,  el homenaje necesario a  la grandeza de una genial artista, quien merece descansar en la gloria del Parnaso Literario; valoran y admiran que su Cajabamba si le rinda los honores merecidos. La tristeza baja por el Ande calmo,  llevando el aliento de su andina y amada  POETA

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