Mango Verde

ADIÓS, POETA DEL ANDE

Por Socorro Isabel Barrantes Zurita

SILENCIO
Silencio…
esta noche se han
callado las flores;
el río no llora entre
la piedras
ni vuelan las mariposas
que se posan en la
enredadera…(Frag)
LILIAN GOICOCHEA RÍOS

La tristeza baja del Ande, cual neblina espesa, gimiendo los cerros. Baja la muerte envuelta en gasa negra, con rápidos pasos se adentra en el cuerpo… Va cayendo el silencio en toda esa existencia, en ese corazón que amó a su tierra como madre pródiga, quien le incitara a versar desde niña.  Cajabamba extiende las alas, besa su terso rostro; quisiera devolverle ese rosa tan bello que brotaba del alma. Cajabamba le llora todo el rocío de su valle y enreda sus cristales en su cabello de seda, en sus ojos verdes, en su trino alegre que alumbró su vida. Cajabamba, querencia total, a quien regresaba siempre, para tomar de  sus aguas, saborear la dulzura, el trigo de las caravanas, previo almuerzo con benditas cecinas. Le contaba notables alegrías y penas inmensas, que sólo ella sabía.

La tierra de Cajabamba, su tierra madre, la recibe en su esencia, con honores merecidos, para que desde allí vuelva a germinar su verso florido, su canto agorero, su belleza, su voz, su calma. La toma en sus brazos, a los que ella volvió para el sueño eterno. NO podía descansar este sueño final, en otras entrañas que no sean las de Cajabamba. Su madre, que la trajo al mundo, no sabe que Lilian se fue a nuevos encuentros, con seres queridos en la eternidad.  Mas, presiente el peso de su larga pena, comprende que no volverá a cantar con ella; su Lilian bendita.  ¡Cómo es que se va  a ese otro mar que no deja ver el sol cada nueva mañana!  Fueron sus hijas que adormecieron con ternura su agonía, su angustia en aquellos días de agobio y dolor, dibujando largos e interminables días. Fue el recuerdo de su amado hijo que la vino a ver cada tardecita como un suave viento. Ellas guardan su legado, el patrimonio de inagotable poesía. Ellas con sabio cariño, fueron ofreciendo sus versos, para recordarnos que era una poeta, la que se estaba yendo, para no volver.

La Agrupación de Escritoras Norteñas filial Cajamarca, velan ya su sueño final. Le agradecen su obstinado canto de infinitos versos que nos deja Lilian, para difundirlos entre niños, jóvenes, escritores y, aunque las autoridades culturales de Cajamarca ciudad, no hicieron, como casi nunca,  el homenaje necesario a  la grandeza de una genial artista, quien merece descansar en la gloria del Parnaso Literario; valoran y admiran que su Cajabamba si le rinda los honores merecidos.

La tristeza baja por el Ande calmo,  llevando el aliento de su andina y amada  POETA

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