SANTA MARÍA DE LA ANTIGUA DEL DARIÉN:
LA PRIMERA CIUDAD ESPAÑOLA DE LA AMÉRICA CONTINENTAL Por: Mario Jesús Gaspar Cobarruvias El 20 de julio de 1515, el rey Fernando II de Aragón, otorgó desde la ciudad española de Burgos, a la villa de Santa María de La Antigua del Darién, fundada hacia el 20 de septiembre de 1510 en el istmo de Panamá, la real cédula que le confirió su Título de Ciudad, escudo de armas, y le confirmó también como sede del primer obispado de la América Continental. De esta forma, esta población, que era también la capital de la provincia de Castilla del Oro, se convirtió en la quinceava ciudad hispanoamericana reconocida jurídicamente por la corona española, así como el primer cabildo dotado de ayuntamiento (edificio de sesiones) y municipio (territorio) de la América Continental; nueve años antes de la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz, hacia el 20 de mayo de 1519. El poblamiento europeo de la América Continental comenzó en la costa norte de Venezuela entre 1500 y 1503, extendiéndose hacia Colombia y la franja del istmo de Panamá hasta 1522. Simultáneamente avanzó en las islas de Cuba y Jamaica, entre 1510 y 1520. Desembocando, finalmente, en la Nueva España a partir de 1519, en que la presencia europea se volvió permanente hasta nuestros días. LOS ANTECEDENTES En 1502, el almirante Cristóbal Colón llegó a las costas de Veragua, en el istmo de Panamá, teniendo siempre como base de partida la isla de La Española (hoy República Domínicana/Haití), y fundó un asentamiento de existencia breve en las costas del Caribe, llamado Belén, que fue destruido por los nativos de la región. Otros emplazamientos en tierra firme del continente, y anteriores a Santa María la Antigua del Darién, fueron el poblado de Nombre de Dios, levantado por Diego de Nicuesa durante su gobernación de Veragua, y el de Santa Cruz, levantado por Alonso de Ojeda durante sus exploraciones en Venezuela, en la efímera gobernación de Coquivacoa, hoy la Guajira, y que duró sólo tres meses. Existió también el fuerte llamado San Sebastián de Urabá, fundado también por Ojeda en el actual territorio de Colombia, y que rápidamente fue abandonado para buscar su traslado a otro lugar más seguro. Ojeda, había partido de regreso a Santo Domingo debido a que la situación se había tornado insostenible en el fuerte de San Sebastián, primer intento de los españoles para establecer una base en la costa Caribe del continente; la zona muy belicosa y malsana. Y de los 300 exploradores iniciales que había llevado Ojeda, quedaban solamente 42 sobrevivientes. El mando de San Sebastián le fue encomendado a Francisco Pizarro, quien debía resistir durante cincuenta días hasta que Ojeda volviera, cosa que nunca sucedió. Como comandante quedó entonces Martín Fernández de Enciso, quien había llegado con algunos refuerzos para tratar de salvar la situación. Fue entonces cuando Vasco Núñez de Balboa sugirió que la población del fuerte se trasladara al oeste del Golfo de Urabá, territorio que conocía por haberlo explorado desde 1501, por ser las tierras más fértiles y menos peligrosas. Al llegar a esa nueva región, los españoles se encontraron con el cacique Cémaco, y hubo fuerte resistencia por parte de los indígenas. Los españoles prometieron entonces a la Virgen de la Antigua, venerada en la ciudad española de Sevilla, que de salir triunfantes en la batalla darían su nombre a la nueva población que querían fundar. También acordaron enviar un romero a Sevilla con joyas y alhajas cuando la situación se enderezase. Es de señalar que esta referencia a la Virgen de La Antigua, en nada se relaciona con el nombre del pueblo veracruzano de La Antigua, pues en este caso y, según la costumbre española, refiere a su mayor antigüedad de 75 años, precediendo a la Nueva Veracruz (hoy ciudad de Veracruz) fundada en 1600. PRIMERA CIUDAD Y PRIMER CABILDO Tras poner en fuga a los indígenas, los españoles convirtieron la choza mayor del poblado en una rústica iglesia, que más tarde sería de mampostería. Este edificio dedicado a la Virgen de La Antigua, sería la primera iglesia de la América Continental, siendo la primera de todo el continente la iglesia principal de la ciudad de Santo Domingo en la isla de La Española (hoy República Dominicana). Inicialmente, el bachiller Martín Fernández de Enciso asumió el cargo de alcalde mayor en virtud de órdenes de las que decía ser acreditado, pero que había perdido en un naufragio. La nueva población fundada hacia el 20 de septiembre de 1510, después de la victoria sobre el cacique Cémaco, se llamó inicialmente La Guardia, y no tuvo fundación formal con acto protocolario y notario, pero fue reconocida ampliamente y sin objeciones por la corona española. El escaso tacto e intolerancia de Enciso para con los soldados, propició que fuera reemplazado por Balboa, y éste convocó en noviembre de 1510 a un cabildo abierto de los vecinos para elegir autoridades. De esta forma, por aclamación popular, Balboa y Benito Palazuelos fueron designados como los dos alcaldes ordinarios, con Juan Valdivia y Diego Albítez como regidores y Bartolomé Hurtado como alguacil. Palazuelos sería sustituido al poco tiempo por Martín Zamudio como alcalde ordinario. Con el paso del tiempo, Balboa ascendería también a los cargos de alcalde mayor, y más tarde a gobernador de la naciente provincia del Darién. Mediante la autoridad que le confirió el nuevo cabildo, rebautizó a la población como Santa María de La Antigua del Darién, y se le considera su verdadero fundador, por encima de Martín Fernández de Enciso. Este cabildo darienita, fue el primero de la América Continental, y, por su forma de actuar, si bien era ilegal para la corona española al carecer de autorización para poblar por parte del virrey Diego Colón, constituyó el primer acto de gobierno democrático en tierra firme. La fundación de La Antigua del Darién tuvo mucho paralelismo con la que Cortés hizo en la Villa Rica de la Vera Cruz, y la experiencia en tierras panameñas fue provechosa para los soldados que,
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